Un día cualquiera, en un lugar cualquiera. Dos personas cualquieras, que tenían la bendita costumbre de quererse sin querer, de esperarse sin compromiso…Sabiendo que lo que hacían no era permitido.
A. Y por qué me tenés castigado.
B. Yo no te castigo, tú me abandonas.
A. ¿Abandonarte?
B. Si, ahora está ella…
A. Ella siempre ha estado y nunca te habías quejado. Mi problema es que tú lo tienes a él.
B. Yo puedo tener a quien quiera, siempre ha sido así.
A. Entonces qué haces acá.
B. Lo que siempre he hecho.
* SELLA EL JUEGO CON UN BESO.
A. Utilizarme.
B. No, divertirme.
A. ¿Entonces soy un juego?
B. No, sos un gran polvo.
A. Eso no me levanta el ego ni poquito, necesitas más respuestas.
B. Lo que necesito es tenerte a mi lado.
A. Tú sabes que yo también lo necesito… pero no me gusta compartir.
B. Y yo si te debo compartir con ella entonces.
A. No, ella me comparte contigo.
B. Es que sos un descarado.
A. No soy descarado, te digo la verdad, ese es el problema hace ratos.
B. Osea que mentirme estaba bien.
A. No, ocultarte la verdad hacía las cosas divertidas.
B. Pero cometiste un pequeño error.
A. ¿Cuál?
B. Contestar el teléfono…
No hay comentarios:
Publicar un comentario